lunes, 30 de noviembre de 2009

domingo, 29 de noviembre de 2009

La bodega será para la proxima vez

En lugar, aquí está la vinoteca 'Plaza Del Vino'!



Definitivamente no es un sitio para estudiantes conscientes de su presupuesto.




Una botella de cava de cerca.




La tienda deformada.




La luz le ilumina.




¿Quién es ese mono?




La misma pregunta...




El vendedor en plena acción.




No se preocupe señor, son las botellas que estoy fotografiando.




Sam ha detectado a una fantasma. (¿Quizá inspirada por Cartier-Bresson?)




No te creas que tomar fotos de una vinoteca es labor ligera.




Jugando con la velocidad y el movimiento


Así es. Desgraciadamente, el día en que fuimos a la Bodega Otazu la ley de Murphy me pilló: las pilas de mi cámara se habían agotadas. Eso el castigo por no hacer una de las cosas más esenciales antes de ponerse hacer fotos: averiguar la vida de las pilas. Pero bueno, a causa de poca inspiración en una gran carencia de tiempo decidí de acompañar a Sam a la vinoteca 'Plaza Del Vino' para hacer fotos como substituto de la práctica en la Bodega. Sinceramente, antes de empezar presentí que no iba ser fácil. Y al entrar en la tienda ese presentimiento fue afirmado. No fue fácil encontrar sujetos interesantes en la tienda. De las ochenta fotos que hize, solo las que he colgado aquí valen la pena. Y tengo que añadir que algunas he tenido que editar bastante para que salieran bien. Por un lado es debido a la cámara que usé (aunque eso es una excusa fácil), por otro lado la falta de inspiración. De cualquier manera intenté de buscar los elementos interesantes, los cuales eran escasos.

Fotos de retrato

Lucía











Pr. Paco Sancho









Entrevista

¿Porqué decidió usted de dedicarse al periodismo?


Pues, no lo sé.  (ríe)  Lo único que tengo claro es que no he querido hacer otra cosa en la vida, desde que tengo uso de razón.  No sé porqué, porque no tengo antecedentes en la familia que son periodistas.  Casi toda mi familia viene del mundo de derecho.  Abogados, profesores de derecho y tal.


¿Tu familia intentó de mandarte hacia esa dirección?


Si, he, no.  Eso es divertido, porque mi madre no quería que estudiara periodismo.  En aquel tiempo la carrera periodismo era considerada una carrera menor.  No era una licenciatura.  Mi padre era catedrático de derecho y entonces que yo estudiaría periodismo le parecía poco.  Me decía: "Estudia primero derecho, y si luego quieres estudiar periodismo..."  Pero mi padre, que era un hombre sabio y muy querido, le convenció.  Sabía que era mi vocación y que lo único que quería ser era periodista.


¿Así que desde muy joven ya sabía lo que quiso hacer?


A mí siempre me ha gustado también el mundo de las letras.  La literatura, la filología,...  Y creo recordar en algún momento en mi juventud dudé en estudiar filosofía, filología, etc.  Literatura me interesa, pero como estudio no.  Desde muy chiquito me encantó siempre leer.  Pero como para dedicarme profesionalmente a ella no.  No sé porque.  Yo quise ser periodista, contar historias, trabajar para un periódico.


¿Porqué prefiere enseñar la asignatura Diseño Periodístico un lugar de trabajar en un periódico o una revista?


Lo que pasa es que yo soy muy mayor.  He estado muchos años en periódicos, más de veinte años.  He tenido todo tipo de aventuras, muy buenas y muy malas.  Como todas cosas en la vida.  


¿Qué es un ejemplo de una experiencia positiva?


Diez años estuve en Diario 16, un periódico de referencia en los años de la transición.  Ahí no solo fui subdirector, sino también fui director de muchos proyectos regionales que hizo el diario.  En Murcia, en Zaragoza,...  Bueno, di muchas vueltas.  Y a la vez fue malo porque la empresa tuvo problemas económicas.  Lo pasé muy bien, pero al fina lo pasamos muy mal.  Eso fue en el año 95-97.  Desde entonces empecé a hacer proyectos periodísticos en mi propia cuenta.  Decidí de venir aquí a Pamplona para crear mi estudio y hacer un poco de trabajo freelance.  En un momento determinado me llamó la universidad para preguntarme si quería ayudar a dar unas clases y tal.  Yo también soy consultor para periódicos nacional e internacionales.  Sobretodo para latinoamericanos.


¿Ha vivido en esos países?


No, vivir no.  Lo que hago es viajar mucho.  O sea, estoy a veces más tiempo en el aire que en el suelo.  Ahí tienes una foto de mis amigos paraguayos de un gran periódico en Paraguay (señala hacia una foto en la pared).  Entonces, lo que hago es ir una semana a diez días por mes al país para trabajar con ellos.  Ahí, juntos preparamos el plan de lo que ellos tienen que ir haciendo cuando yo no estoy.  Me llaman para todo tipo de problemas: desde organización a contenido y no mucho menos diseño.  El diseño para mi es mucho más un hobby que una dedicación el sentido profesional.  


Así que si hobby es su trabajo.


Sí, sí.  Gracias a dios porque esta profesión es terriblemente mal pagada (ríe).  Ese es el gran problema.  Yo no sabría hacer otra cosa.  Lo poco que puede transmitir de ideas periodísticas me gusta mucho.  


¡Aupa! ¡El momento! - Henri Cartier-Bresson

El instante único e irrepetible


“For me the camera is a sketch book, an instrument of intuition and spontaneity, the master of the instant which, in visual terms, questions and decides simultaneously. In order to “give a meaning” to the world, one has to feel involved in what one frames through the viewfinder. This attitude requires concentration, discipline of mind, sensitivity, and a sense of geometry. It is by economy of means that one arrives at simplicity of expression. (…) It is putting one’s head, one’s eye, and one’s heart on the same axis.”

“Yo considero la cámara como un cuaderno de dibujos, un instrumento de intuición y espontaneidad, el maestro del instante que en términos visuales cuestiona y decide al mismo momento. A fin de “dar un sentido” al mundo, uno debe sentirse involucrado con lo que enmarca a través del visor. Este comportamiento requiere concentración, disciplina en la mente, sensibilidad y un sentido de geometría. Es a través de medios económicos que uno descubre la sencillez de la expresión. (…) Es poner la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje.”

Con ese citado quiero comenzar mi trabajo sobre Henri Cartier-Bresson, un fotógrafo célebre de origen francés. Considerado como el padre del fotoperiodismo moderno, él contribuyó a desarrollar la fotografía de calle (o reportaje de vida real) la cual es basada en la fotografía candida – una técnica que llegó a dominar. Leal a su Leica de 35 mm, Cartier-Bresson vagó por todo el mundo durante más de tres décadas capturando momentos históricos del siglo veinte que el día de hoy conocemos solo de libros y la televisión. La guerra civil española, la liberación de Paris en 1944, la revuelta de los estudiantes en Paris en 1968, la entrada de los comunistas en China, la caída del Muro de Berlín, la matanza de Mahatma Gandhi,... Hasta fue el primer fotógrafo occidental que fotografió en la Unión Soviética después de la guerra sin impedimento. A través de sus fotos intentó mostrar al mundo cómo él miraba a aquellos acontecimientos. Desde mitades de los 70s dejó de hacer fotos y se dedicó a la pintura, la cual dejó 1931 después de haberse convertido a la fotografía. Alcanzó la admirable edad de 95 años, dejando su esposa Martine Franck e hija Mélanie.

Cartier-Bresson tuvo una infancia con muchas posibilidades gracias a sus padres adinerados. La familia vivía en un barrio burgués en Paris. Gracias a eso el joven artista en desarrollo disponía plenamente de medios financieros para ejercer su interés artístico – en primer lugar la pintura, y más tarde la fotografía. A la edad de 19 años comenzó a estudiar en una escuela de arte privada y en la academia de Lothe, un estudio parisiense del pintor cubista André Lhote. En ese periodo él estudió el arte clásico y moderno, aprendió a pintar y se sumergió en literatura elevada. Consideraba a Lothe como su maestro de fotografía sin cámara. Gracias a su rigorosa formación teorética él tuvo una fuerte fundación de conocimiento artístico y de composición que le ayudó más tarde en sus obras fotográficas.

En el año 1930 Cartier-Bresson vio la luz de lo que sería su nueva pasión: la fotografía. Su vocación la descubrió al ver la fotografía 'Three Boys At Lake Tanganyika' por el fotoperiodista húngaro Martin Munkacsi que muestra tres chicos Africanos desnudos corriendo hacia la ola del lago Tanganyika. Cartier-Bresson describe su vocación así:

"The only thing which completely was an amazement to me and brought me to photography was the work of Munkacsi. When I saw the photograph of Munkacsi of the black kids running in a wave I couldn't believe such a thing could be caught with the camera. I said damn it, I took my camera and went out into the street."

"Lo único que me fascinó totalmente y que me convirtió a la fotografía fue la obra de Munkacsi. Cuando yo vi la fotografía de Munkacsi de los negritos corriendo hacia una ola, no lo pude creer que tal cosa podía ser captado con una cámara. Dije mierda, tomé mi cámara y salí a la calle."


Se compró una Leica de 50 mm y salió a la calle a hacer sus obras de arte. Gracias a sus medidas pequeñas el fotógrafo consiguió mantenerse anónimo en cualquier masa de gente. De tal modo, era capaz de captar a las personas en su estado natural, sin que se dieran cuenta que fueron fotografiadas. En el fin de hacerse más anónimo pintó todas las partes brillantes de la cámara con pintura negra. Captar el momento instantáneo sería su moto por muchos años más. Su cámara - y su ánimo viajador - le llevaron pronto por todo el mundo con la única misión de congelar aquellos gemas que no duran que una fracción de un segundo. China, México, Canadá, los EE.UU., India, Japón, la Unión Soviética,... Al final perderá su corazón en México. En el documental sobre su vida, cuando ya era mayor de edad, confesa que le hace falta el país.

En la primavera del 1947, Cartier-Bresson junto con Robert Capa, David "Chim" Seymour y George Rodger fundieron la agencia cooperativa de fotografía Magum Photos. El equipo - que al paso del tiempo se expandió - dividía las tareas fotográficas entre ellos. Su misión era de "sentir el pulso del tiempo", lo cual se puede interpretar como estar ahí presente antes que todos los demás en acontecimientos históricamente decisivos, y captar cualquier tendencia caracterizada por su época.



Cartier-Bresson consiguió reconocimiento internacional con su cubertura del funeral de Gandhi en India en 1948 y con la última fase de la Guerra Civil China en 1947. Captó la gradual independencia de Indonesia de los colonizadores holandeses. En 1952, publicó su libro aclamado "Images A La Sauvette" - en inglés titulado "The Decisive Moment" - con 126 fotografías del Este y el Oeste. En 1957, el fotógrafo explicó al Washinton Post porqué la fotografía no es como pintar:

"There is a creative fraction of a second when you are taking a picture. Your eye must see a composition or an expression that life itself offers you, and you must know with intuition when to click the camera. That is the moment the photographer is creative. Oop! The Moment! Once you miss it, it is gone forever."

"Existe una fracción de segundo creativa al hacer una fotografía. Tu ojo debe ver una composición o expresión que la vida misma te ofrece, y debes saber en que momento pulsar el botón. Ese es el momento en que el fotógrafo es creativo. ¡Aupa! ¡El momento! Una vez perdido, desapareció para siempre."



Con este último citado destaca de nuevo la esencia del momento oportuno que ofrece una buena foto durante una fracción de un segundo, lo cual forma el fundamento de su estilo. Aunque su manera de congelar el momento parezca radical, creo que en efecto uno puede conseguir hacer una foto genial gracias al momento decisivo. En mi propia experiencia insignificativa en el campo de fotografía he descubierto múltiples veces que muchos de mis mejores fotos son hechas inconscientemente a través de ese momento. Lo he percibido a menudo que en una serie de fotos conscientemente hechas, la mejor foto es aquella que hice sin pensar en la composición, la geometría o el sentimiento. En eso me diferencio de Cartier-Bresson, que buscaba conscientemente el momento. En el pasado solía, como él, buscar esa relación geométrica, composicionalmente adecuada entre los objetos y el fondo. Sin embargo, desde que he descubierto la obra (y la existencia) de este fotógrafo he empezado a ver a la realidad de forma distinta. Con ojos más atentos a la composición, la geometría y el sentimiento. Ocurre a menudo que estoy caminando por la calle y que de repente veo ese momento creativo sin tener una cámara para captarlo. En mi opinión, eso es una buena señal. No puedo negar que este fotógrafo - a pesar que me gustan también otros estilos de fotografía - me ha influido considerablemente. En hecho, puedo concluir con una paradoja. Su estilo de fotografiar (para mi) es meter en práctica el disfrutar del momento, del presente. Asumo que Cartier-Bresson fue alguien que vivía en el presente, en lugar del pasado o el futuro, lo cual puede ser una explicación para su obsesión para el momento decisivo. Ahora, desde el momento que él congela la imagen, el segundo después, esa imagen ya se ha convertido en pasado, dejando de ser un momento en el presente. La riqueza está en esa paradoja: poder disfrutar del momento que en aquel tiempo disfrutó como siendo la alegría de estar en el presente. Esa es la belleza que nos provee el aparato llamado 'cámara' a todos los que aman vivir en el presente, y a todos los demás también, obviamente.

martes, 3 de noviembre de 2009

Ilustra un artículo





El purito de Auggie. Bueno, más un purote.




A day in the life...

martes, 27 de octubre de 2009

Fotos según las reglas


Sencillez



La muerte de las bolsitas de té



Elegancia barata en una roca



¿Donde está Pocahontas?



En noches frías las hojas de los árboles buscan el calor de las linternas



El sol también brilla durante la noche

Los Tercios



Contemplando...



Padre e hijo con una bolsita de castañas asadas



Regresando a la vieja que tiene la sopa lista



¿Quién dijo que no se puede ganar dinero soplando burbujas de agua?


Regreso a casa después de un día fatigante

Relación entre las figuras



Dolor de cabeza tendrá...



Todo muere, el cigarillo permanece



Luz en la oscuridad

Líneas



Nuestra velocidad


Caminando hacia la iluminación


¿Líneas?



Y el rayo de agua partirá el coche en dos

Equilibrio



¿Qué hace la peluca en medio de la basura domestica?


Pillándose un pincho de miel



Sin comentario...

Encuadre



Pff, de verdad, no sé qué escribir aquí. Inventanse algo.



¿El tunel de vida? no importa...